jueves, 31 de julio de 2008

Entrenamiento competitivo y/o educativo: aspectos significativos

El entrenamiento de competición tiene unos objetivos muy concretos y definidos que se dirigen hacia la preparación de los jugadores y jugadoras para conseguir el máximo rendimiento en todos los aspectos que integran el deporte: técnicos, tácticos, estratégicos, físicos i psíquicos.
Para llevar a término este tipo de entrenamiento se ha de tener en cuenta una serie de factores que influirán en el resultado final, estos son:
1.-Capacidades biológicas: salud, antropometría, condiciones innatas para jugar a un alto nivel, autodisciplina, hábitos deportivos, objetivos personales, predisposición al entrenamiento continuado, etc.
2.-Capacidades psicológicas: equilibrio emocional, voluntad de superación personal, carácter, motivación (intrínseca y extrínseca), espíritu de sacrificio y sufrimiento, capacidad de soportar la presión en competición, etc.
3.-Capacidades técnicas y tácticas: adaptación al medio, aprendizaje y mejora de las habilidades y destrezas de las acciones motrices del jugador y jugadora de fútbol sala: con balón y sin balón, como jugador/a de campo, como portero/a, etc.
4.-Capacidades estratégicas: experiencia anterior y adaptación y mejora de las relaciones producidas durante los entrenamientos por colaboración, por oposición, etc. desarrollo de aspectos relacionados con la percepción, solución y decisión, conocimiento y comprensión de las estrategias y sistemas de juego para aplicarlas y combinarlas correctamente, etc.
5.-Capacidades físicas: desarrollo y mejora de las capacidades condicionales específicas del fútbol sala: resistencia aeróbica y anaeróbica, fuerza, velocidad y flexibilidad, trabajo continuo para desarrollar y mejorar las mismas en base a una programación anual con diferentes periodos, sub-periodos y con un trabajo de volumen e intensidad adecuados a un calendario de competiciones.
6.-Condiciones externas: apoyo incondicional de la familia hacía el jugador/a, aceptación de su entorno social, compatibilidad deportiva con la profesión y/o los estudios, instalaciones y material acordes con el nivel de exigencia (gimnasio, piscina, sauna, material alternativo, sala de musculación, servicios médicos, fisioterapia, hidroterapia...), planificación deportiva a largo plazo, programación anual con todos los contenidos de trabajo, objetivos, cargas, descansos, todo respetando los principios de entrenamiento, etc.
Si todos estos condicionantes se cumplen, podemos decir que el entrenamiento está dirigido hacia la competición y el máximo rendimiento deportivo.
En cambio y a diferencia del entrenamiento de competición, el entrenamiento educativo no tiene por finalidad el máximo rendimiento; todo lo contrario, este tipo de entrenamiento es
la base del anterior, ya que, debe contribuir con el tiempo a una mejora de las habilidades y destrezas básicas del propio deporte, a un desarrollo polifacético, multifuncional y equilibrado de las capacidades condicionales, a una formación de conocimientos, a la creación de hábitos y actitudes de trabajo positivas en todos los ámbitos...todo ello, en su conjunto, debe permitir y servir al deportista afrontar los problemas de la vida cotidiana con firmeza y seguridad; con lo cual este tipo de entrenamiento se basa en objetivos cuyo principio es básicamente formativo y educacional de forma integral. Algunos de los objetivos del entrenamiento educativo son:
1.-Iniciar y desarrollar las habilidades y destrezas básicas del deporte en cuestión, sin dejar de lado algunas inespecíficas, especialmente en edades tempranas.
2.-Conocer en la práctica real las estrategias y sistemas de juego fundamentales y aplicarlos cuando sea necesario.
3.-Iniciar y desarrollar las capacidades condicionales de forma compensada y acordes a la edad y al deporte elegido.
4.-Conocer mediante la práctica deportiva, los efectos del entrenamiento y los beneficios que proporciona al organismo.
5.-Convertir el entrenamiento y sus hábitos en una costumbre diaria saludable y positiva.
6.-Descubrir las posibilidades personales para la práctica deportiva de competición y rendimiento máximo.
7.-Descubrir y desarrollar en la práctica el placer de hacer deporte como actividad alternativa a otros tipos de actividades.
8.-Utilizar la competición como un medio y no como una finalidad, y así no convertirla en una carga mental y física para el deportista.
9.-Aceptar la derrota de buen grado, como una posibilidad natural del deporte competitivo.
Como podemos observar, el entrenamiento educativo se encamina, por un lado, a desarrollar en mayor o menor medida determinados sistemas orgánicos de forma equilibrada, para iniciar y desarrollar, incluso mejorar y garantizar los niveles adecuados para su funcionamiento; por otro lado, el entrenamiento técnico-táctico y estratégico permitirá la participación en competiciones, todo y qué, sin las exigencias psíquicas y físicas que requiere la misma.
Resumiendo, las ideas clave para diferenciar y entender los dos tipos de entrenamiento las podemos sintetizar de la siguiente forma:
“...el entrenamiento educativo es la base del entrenamiento competitivo...”
“...el entrenamiento educativo es global, formativo...el entrenamiento competitivo es específico, analítico...”
“...el entrenamiento educativo y su programación tiene otras finalidades: educativas, de iniciación y formación, lúdicas, participativas...”
“...los dos tipos de entrenamiento se entrecruzan y complementan a lo largo del tiempo y evolucionan con los jugadores...”
“...la competición pasa de ser un medio educativo a una finalidad concreta durante la vida deportiva del jugador...”

Xavier Palau