Cambiar el ritmo del partido, la velocidad y los medios de juego:Cambiar el estilo y ritmo del propio juego con diferentes medios (pase corto, largo, cambio de juego, regate, pase atrás, diagonales, etc.), nos puede repercutir en plantearle al equipo adversario nuevos problemas que deberán solucionar para superarnos; la finalidad sorprenderle, por ejemplo: en un contraataque con un juego rápido, pase largo, pase corto y finalización, después de estar un cierto tiempo desarrollando un juego lento, de contención, con más conservación de balón que acciones rápidas donde solo actúen dos tres jugadores. Es una opción más para mejorar el abanico de posibilidades tácticas de nuestro equipo y que puede disponer en ciertos momentos del encuentro.